9/7/11

Mas allá de la muerte. Cap. 4 Recordando mi pasado.


Cap.4 Recordando mí pasado…


Emma abrió sus ojos, y noto que se encontraba en la misma habitación, con las piernas pesándole y con los ojos prácticamente cerrados se asomo por la ventana, justamente daba al garaje, su auto no estaba pero en su lugar se encontraba un chico, o una chica, ello no lo diferenciaba a distancia pero no hizo más que verla y volverse, le había traído a su memoria algunos momentos de su infancia; ella sabía que el saldría esta semana, ya que tenia “asuntos pendientes” entre los cuales estaba comprar MAS BOTELLAS DE TEQUILA para sus hermosas noches de embriagarse, en realidad ella sabía que esos eran sus asuntos pendientes, fuera de pasar una noche fuera de la tétrica casa, que para muchos como él, supondría más que un hogar, una prisión…Ella no salió de la habitación, y ni siquiera le importo cuando su mente quiso perderse en el momento de su vida en la que todo era hermoso, su niñez, adolescencia e inicios de su adultez… después de ello, su vida había caído en picada, ¿o no? Con solamente 32 años, ya estaba muerta.

Dejo que su mente volara, aunque no todo había sido miel sobre hojuelas para ella, pero en comparación… había sido la mejor y más satisfactoria etapa de su vida… Su madre había muerto cuando ella tenía 7 años, ella la amaba demasiado, pero no recordaba tanto de ella, cuando cumplió 12 su padre se caso con Roxana, una mujer que ella apreciaba mucho, y que había llegado a acostumbrarse a decirle mamá, aunque ella supiera que JAMAS tendría otra madre como la suya, también tenía un hermano, llamado Frederick… mejor dicho simplemente Fred, pero él al morir su madre, ya él era mayor de edad, y jamás lo volvió a ver, hasta claro, sus quince años, y bueno, por chat y facebook… pero al igual que eso, en su funeral. También tenía una hermanastra, pero ella la amaba como su hermanita, tenía en este momento 8 años, claro ella nació cuando ella estaba a punto de graduarse, si su mente no le estaba fallando. Su papa… bueno, ese era un tema en el que ella no quería entrar… Ella recordaba la última vez que había visto a toda su familia reunida… la boda de su padre…

Emma ayudaba a Roxana con su vestido, el velo, el cabello, el maquillaje… pero ella estaba asustada como cualquier otra chica que se fuera a casar, allí también estaba Stephany, su mejor amiga, en ese momento ella tenía el cabello rubio, pero no cenizo, si no un rubio tirando a caramelo y lo tenía un poco por debajo del cuello, sus ojos color azul claro y sus pestañas largas, su piel bronceada y su estatura baja y un poco gordita, pero solo la hacía ver como una niña mas adorable, las dos pequeñas estaban arreglando su vestido azul cielo, ella era una de las damas y Emma era la dama de honor, 12 años y ya siendo una dama de honor, se sentía tan feliz, su sonrisa estaba iluminada y no cavia en duda que estaba en el tope de su alegría, su cabello castaño había sido peinado y le caía en cascadas en su espalda en forma de bucles bien hechos, su flequillo tapaba su frente, sus labios estabas pintados con un leve brillo y sus mejillas coloreadas levemente, su piel tan blanca como siempre la había tenido, y su estatura, de una chica promedio… Todas estuvieron listas al cabo de unos minutos, arregladas y hermosas Roxana, tenía un vestido blanco hasta los talones, con unos tacones altos y de color plateado, su cabello estaba alisado y peinado en forma de abanico con un moño, sus labios de color rojo y sus aretes en forma de corazón, un collar de perlas adornaba su cuello y sus ojos grises que resaltaban el color rojo de su cabello, cuando estaban a punto de salir del pequeño cuarto hacia la caminata que daría inicio a su casamiento, fue cuando Roxana rompió a llorar sin más.

-¿Qué te pasa Roxi? – pregunto Stephany poniendo su mano en su hombro.
-Nada pequeña – miro tranquilamente a Emma y a Stephany – es solo que es demasiado alegre este momento de tu vida en el que sientes que vas a ser completamente feliz, y al fin, pero también tienes miedo de que no vaya a suceder como debe o… bueno, nada… - las tres sonrieron, Roxana para infundirles tranquilidad y ellas para infundirle apoyo a ella y fue cuando entro la organizadora diciendo que ya era hora de salir.

-No temas, todos saldrá bien. – dijo Emma.
-Gracias corazón. – respondió levemente mientras se ponía de pie y tomaba la manilla de la puerta – Vamos.



Salieron del cuartico de paredes blancas, la peinadora levemente desordenada, las cortinas color rojo pálido, el piso de madera, pero a Emma no le dio tiempo de detallar más, ya que fue jalada y al poco tiempo, que a Emma le parecieron segundos ya estaba en el vestíbulo.




Las tres salieron lentamente y fue entonces cuando Roxana se reunió con su padre y los dos se miraron cariñosamente, y Stephany tomo la mano de uno de los primos de Emma llamado Roger, y ella tomo la mano esbozando una sonrisa, de su amigo James sus manos se unieron de una manera distinta y especial aunque ninguno de los dos se hubiera dado cuenta de ello, al salir al altar se fueron dando pasos lentos y ensayados. Y fue cuando entraron en el gran salón, que en realidad no se parecía ni era en lo mas mínimo un salón, era un jardín, en el que había un camino de cemento y piedras a los laterales, en la grama había pétalos de distintas flores en el suelo haciendo figuras abstractas y dándole gran belleza al ambiente causando un maravilloso al lugar; las sillas estaban colocadas a los lados de ese camino y estaban decoradas con los colores blanco y azul cielo, en el espaldar había un adorno de una pañoleta en ella, nada sumamente ostentoso y justo en donde se hallaba el padre, un arco decorado con millones de flores, todas distintas y hermosas, el podio en donde se hallaba era de madera, al entrar todos se voltearon instintivamente a verlos Emma empezó a ponerse nerviosa y a ver sus pasos, rezando para que nada malo sucediera, pero no sucedió y al poco tiempo se hallaba en donde debía estar y James le sonrió sabiendo perfectamente lo que ella había sentido.

La boda transcurrió lentamente, y todos en silencio oyeron cada una de las palabras del padre, en el momento en que rompieron en lagrimas todos fue al a hora de los votos de parte de Roxana y el padre de Emma que en realidad Emma ni siquiera intento escuchar o prestarle atención, estaba muy ocupada viendo a su amigo y reconociendo lo guapo que estaba, pero pronto llego el momento decisivo, en el que ambos debían decir la frase que sellaría su eternidad y cuando ella supo que se acercaba tal momento volteo su mirada y vio y oyó lo que sucedía.

-Roberto Meller ¿Aceptas a Roxana Hidalgo como tu legitima esposa, Para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?
-Acepto.                                                                                              
-Y tú, ¿Aceptas a Roberto Meller como tu legitimo esposo, para cuidarlo y amarlo, protegerlo y cuidarlo en la riqueza y en la pobreza?
-Acepto. – respondió con un hilillo de voz

El beso de ambos trajo consigo los aplausos y pitos de los invitados y las sonrisas de las damas, posteriormente se retiraron progresivamente, hacia el salón.

El salón estaba decorado igual que el lugar en donde se realizo la boda, solo que habían mas mesas, y una estaba contra la pared más alejada, repleta de comida de todo tipo, mariscos, chocolate, panes, canapés, galletas, etc. El equipo de música estaba a un lado también, era gigante y con unas cornetas enormes, aunque de resto no era absolutamente nada del otro mundo.

La fiesta empezó con el vals, en el cual al principio, Roxana y Roberto lo abrieron, Emma no sabía cómo iba a hacer su padre para bailar, ya que él no sabía – tal como ella – mover dos pasos coordinadamente, el tenia su traje elegante de color negro, su corbata roja que hacía que resaltaran su cabello en el que antes era negro pero ya se empezaba a notar la edad, su piel blanca y sus mejillas sonrosadas, como siempre, un poco regordete, pero aun así en forma, junto con sus ojos color miel… y así comenzaron a bailar y las parejas de las damas siguieron ese ejemplo, entonces Emma y James se dieron cuenta al haber pasado Stephany que a ellos les tocaba, los dos se miraron cariñosamente y James le tendió la mano a Emma, ella vacilo por unos instantes, pero luego con un poco de miedo le tendió su mano y caminaron lentamente hacia el centro de la pista de baile, ella coloco su mano sobre el hombro de él, y el rodeo su cintura con ambas de sus manos, al poco tiempo ya se encontraban siguiendo al ritmo lento y tranquilo del vals, sin que sus ojos se separaran uno de otro. Pero ella al poco tiempo tenía su mirada perdida, y él se dio cuenta que algo no estaba bien.

-¿Qué te sucede? – pregunto progresivamente el mientras daban un giro.
-Nada. – respondió sin premeditar ella.
-Aja, ve y dile eso a Stephany, ¿está bien? Te conozco desde que tenias pañales, te vi crecer y madurar ¿¡Y ME VAS A DECIR QUE NO SE QUE TE PASA!? Estás loca. – termino de susurrar él mientras ella sonreía.
-Es que, hoy… ya es oficial, una nueva persona entrara en mi casa, un nuevo individua al cual hacerle caso, alguien que tendré que decirle “mama”… cuesta aceptar. Roxana me cae muy bien, pero, siento que al caerme bien estoy… reemplazando a mi mama. – susurro la última frase muy baja y casi inaudible, pero él le leyó los labios, ya que estaba preparado para cualquiera de esas reacciones suyas.
-Pero no lo haces, solo te estás dando una oportunidad para poder tener a alguien, que te apoye, cuide y ame, aparte de mi – los dos sonrieron – no estás cambiando a nadie, solo dejas a alguien entrar, pero sabes que siempre estará tu mama y será solo una. – ella asintió y su respuesta inmediata fue ponerse en puntillas y abrazarlo mientras susurraba a su oído un “te quiero” que a él le retumbo en el corazón y la abrazo todavía con más fuerza, y respondiendo un “Yo mas” mientras no se separaba de ella.
Permanecieron abrazados y dejaron que la música resonara, no solo en sus mentes si no en sus corazones, dándose cuenta de que algo más allá de la amistad se encargaba de unirlos.

El sonido del coche de James aparcando la hizo sobresaltarse y salir de sus recuerdos, para asomarse en la ventana y ver el Ford de James aparcar y a él salir, ella no pudo hacer menos que lo que hizo hacia tantos años cuando pensó que él se había perdido, bajo corriendo y sin detenerse las escaleras, pero ella no noto que él…venía acompañado.

Bajo y en el momento en que se abrió la puerta, ella se echo hacia atrás y sus ojos se aguaron completamente, James venia con una chica del brazo, la chica era morena, con los ojos negros, tan oscuros como la noche, medio gordita pero en realidad tenía una buena figura. El olor que salía de ellos era de alcohol y venían riendo y casi gritando, él la agarro por la cintura y la pego a la pared, casi violentamente, y pego sus labios a los de ella en un beso que no denotaba más que… ¿Necesidad? ¿Soledad? ¿Estar ebrio? Pero igualmente ella no podía menos que sentir que su mundo se desplomaba, el, estaba besando a una chica al frente de ella, hay mismo… HAY MIS – MO.

El por su parte no veía ni observaba claramente, no sentía nada ni pensaba en nada, solo era… besar a una loca mas, pero en realidad ya no tenía uso de razón de sus acciones, pero en el preciso momento en que ya iban a pasar a mas que un encarecido beso, que duro pocos segundos, en los que él ni siquiera sabía quién era ella, solo tenía una imagen de su pasado, un recuerdo, que deseaba que reviviera para él, cuando iba a pasar a mas allá de un beso sin significado, si no a mucho, mucho más, fue cuando escucho los sollozos de alguien, como un susurro en el fondo de su mente, Emma, estaba recostada a la pared como una masoquista viendo como el amor de su vida y de su muerte – cavia destacar - besaba a otra, y fue cuando James empezó a maquinear nuevamente ¿Qué se suponía que era lo que estaba haciendo? ¿Emma? ¿Por qué besaba a alguien que no es Emma? Y fue cuando separo los labios de los de ella y luego, vio las facciones de aquella chica, completamente distinta a la que le pertenecía su corazón, su alma, su mente y su cuerpo, y aun bajo tierra, era así, ella era la viva diferencia en carne y hueso…

-¿Qué su…cede? – pregunto jadeante la morena. Y Emma miraba claramente con los ojos desorbitados y llenos de lágrimas a la pareja, a James se le fue aclarando la mente y pronto sus ojos no denotaron más que furia… consigo mismo.
-Lo lamento mucho, no me di cuenta de lo que hacía – susurro muy bajo pero no para la chica que por alguna razón que iba mas allá de su conocimiento estaba en sus brazos, si no dirigido al recuerdo de Emma – Lo siento demasiado, yo… yo… no tengo perdón – Emma miraba a James con lagrimas en los ojos pero ya no más dolor en ellos, la había recordado – Lo siento Emma.
-¿Emma… Yo soy Katherine. – Entonces James volvió a concentrar su atención en la chica y se dio cuenta que parecía un loco.
-Discúlpame, pero tendré que pedir que te vayas a tu casa. – respondió con un eco de voz helado y sin emociones.
-¿Qué? – Pregunto apartándose de él - ¿Cómo que quieres que me valla? Tú me trajiste o… ¿acaso al pisar esta casa cambiaste de alma con la persona del bar?
-Simplemente vete, si vuelves al bar puede que consigas a alguien con el cual pasar la noche.
-Pero, yo quiero estar contigo… - dijo la chica con un puchero y él se aparto de ella y la miro con los ojos oscuros y fríos, apartados, con… resentimiento… o mejor dicho asco.
-Pero yo no. – respondió fría y secamente mientras daba la vuelta y abría rápidamente la puerta. – Por favor, solo, vete.

Ella hecho un vistazo alrededor para asegurarse que no hubiera sido por alguna otra mujer, o alguna otra cosa pero no encontró más que oscuridad, y tomando su dignidad en sus manos, se dio la vuelta y lo miro.

-Eres un imbécil. – dijo ella mientras ponía un pie afuera de la casa.
-Sí, y tú una loca. – le respondió al tiempo en que cerraba la puerta en la cara de aquella chica.
El cerro la puerta con llave y subió rápidamente las escaleras, pero en vez de dirigirse a su habitación como debió haberlo hecho, se dirigió a la ultima puesta en el pasillo y entro allí, en el preciso lugar en el que se encontraba Emma, porque en el momento en que el pidió disculpa, y empezó a hablar con ella, Emma no soporto escuchar aquella pelea y decidió subir a tirarse en una esquina y pensar en porque todo le resultaba tan malo, y porque tu vida y su existencia era tan cruel.

Y fue cuando el entro, viendo a los alrededores y encontró a una sombra, la vio en el suelo, pero al acercarse, se fue volviendo borrosa la figura, hasta el punto en que se extinguió, aunque Emma seguía allí viendo lo que él hacia él ya no podía verla.

James entro y sin detenerse se sentó con cuidado en la cama, mantuvo su vista fija en el suelo y empezó a balbucear palabras ininteligibles, bajas, sollozos. “Yo soy una mierda…” “Soy un cabron…” “yo, yo, no merezco vivir…” la voz se le fue extinguiendo hasta el punto en el que solo era un sollozo, Emma se levanto y lo miro, se acerco y sentó a su lado, escucho cada palabra incoherente, cada movimiento que no fuera lógico, todo, simplemente escucho. Pronto el se acostó y se quedo mirando al techo, y fue cuando dejo que su mente volara, sintiendo un nudo en la garganta y como su garganta se iba secando y sentía algo así, como una quemadura en el corazón.



-¿Qué harías si tu madre se… fuera? – pregunto con los ojos perdidos en la ventana.
-Pues… depende.
-Si se fuera… y no volviera mas… - dijo ella con los ojos desorbitados, pero pronto volvió la mirada - ¿Qué harías?
-Pues… llorar por un tiempo, extrañarla, y rezar por ella, y luego seguir adelante… justo como tú.- una sonrisa se dibujo en el rostro de Emma.
-En serio… Pero, es que me parece que yo lo que hago es… estropearlo todo.
-¿Por qué? – pregunto él.
-Mi papa hoy no me quiso llevar al cementerio… hoy cumpleaños mi mama, y bueno, no pude menos que decírselo… le saque en cara lo de Roxana, aunque ella me caiga muy bien, me molesta el hecho de que haga como si desde que ella apareció no le importara mama… nunca quiere ir al cementerio, voy yo con quien me pueda llevar… - se sentó en el suelo y pronto se acostó en el piso y miro al techo.
-Tal vez…
-No, no, no lo justifiques… el es un hombre tan… testarudo, como puede desplazarla como si no significara nada, cuando… ¡ES MI MAMA! Por dios… James ¿Tengo razón?
-Más o menos, tal vez tengas razón, pero puede que él no lo haga por eso… - respondió el bajándose de la cama y acostándose a su lado. – No creo que sea que la quiera reemplazar, uno jamás puede reemplazar a las personas que ama, aunque lo intente, porque siempre, al amarlas de verdad dejan una marca que no se puede borrar o tapar con otra persona, aunque queramos a otra persona y tengamos la capacidad de amarla y de abrirle nuestro corazón jamás es posible que ese amor tape lo que sentías por otra persona… No creo que la intente reemplazar, tal vez solo intenta no sufrir…
-Tal vez

El silencio reino en la habitación, ella metida en su mente y en su recuerdo, y el simplemente disfrutando de su compañía.

-Como te gusta enrollarte… y solo tienes 14 años… - rio burlonamente él.
-Y a ti como te gusta actuar como un sabelotodo y solo tienes 16.
-Dos años más de experiencia… Soy una mente.
-Aja, claro… - ella se levanto del suelo y le golpeo juguetonamente el hombro. – el simplemente sonrió y le dijo: “Ven”. Tomo su mano y se acercaron a la ventana.
-¿Qué haces? ¿Quieres suicidarte? – pregunto un tanto nerviosa Emma mientras él se levantaba y abría la ventana de par en par.
-Claro que no, pero quiero mostrarte algo… - James se monto en el ventanal y pronto salió subiendo por el techo, Emma asustada se acerco al ventana y miro hacia arriba.
– Ven. – dijo James dándose la vuelta y poniendo su mano. Ella con miedo sin quererlo se echo hacia atrás -¿Confías en mi? – pregunto sonriendo James y ella se acerco nuevamente, le respondió con esa sonrisa de aventura y salió de la ventana, él la ayudo a subir hasta que llegaron a la parte más alta de la casa y los dos se sentaron a ver lo que tenían al frente… El atardecer.

Se sentaron allí sin decir nada y vieron como el sol se iba ocultando poco a poco y al terminar de perderse de vista en el horizonte y cuando el cielo había pasado de un tono anaranjado a uno azul oscuro y se divisaban unos pequeños brillos en el manto del cielo fue cuando ella se acerco más a su acompañante, él la rodeo con sus brazos y le dio un beso en la coronilla y aun así ninguno de los dos hablaban, un gato paso por al frente de ellos, pero ninguno de ellos se movió ni hizo ninguna seña, dejaron que el momento se prolongara lo mas que se pudiera…

-Parecen sonrisas… - dijo con un suspiro ella. El simplemente se echo a reír por su comentario pero se ahorro el que él quería decir.

“Uno jamás puede reemplazar a las personas que ama, aunque lo intente, porque siempre, al amarlas de verdad dejan una marca que no se puede borrar o tapar con otra persona”

¿Por qué hice lo que hice? Fácil la respuesta, quería tapar mi perdida con otra persona, algo más que me hiciera sufrir menos, reemplazarlo.

Y como si Emma hubiera oído lo que pensaba se recostó a su lado y asintió… ¿Qué podría ofrecerle un fantasma? Nada, ni siquiera su compañía. Pero eso no quitaba la imagen que se reproducía una y otra vez en su memoria… Pero ¿Cómo podía exigirle que le fuera fiel a ella? Si ella… ya no existía… Pero eso no quitaba el sentimiento que aun luchaba por controlar, el sentimiento de que él buscaba a alguien con quien… reemplazarla.
Aunque James supiera de sobra que reemplazar a una persona como Emma era algo imposible… en todas las maneras, y el tampoco quería reemplazarla, solo quería detener el dolor, aunque sabía que nadie más, nadie, volvería a significar, lo que significo ella… para él.



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Este fue uno de los capitulos que sufri por escribir, espero que no se me halla ido la mano un poco, pero creo que esta bien... No lo se, espero sus opiniones(:
Un beso, y mis mas sinceros deseos de que les guste.
Un beso.
Adios.

1 comentario:

Luz.. dijo...

hola!!
el capitulo..
casi me hace llorar...
que triste.... muy doloroso leerlo..
espero que pase algo y que todo mejore...
la verdad me entristecio mucho.. :(