30/4/11

Bebas; se que no hay perdón e.e Por no publicar, pero descubrí que cuando les prometo algo no lo cumplo y eso me frustra u.u Voy a publicarle lo mas pronto posible, mi Internet anda muy estúpido y de verdad que esta semana esta CANDELA en mi liceo u.u
Nos escribimos pronto. Chaiii

Hey, si quieren saber de mi: http://notododelmismocolor.blogspot.com/ este es mi otro blog(:
Besos
Hablamos y disculpen la falta de seriedad de mis promesas, es que es muy complicado para mi. Un beso , y me iré a estudiar Historia

24/4/11

Cap. 3


Cap. 3 No te hare creer que estas loco.

Los sueños de Brandon se llenaron de colores y sensaciones, aunque se despertaba prácticamente cada 10 minutos el agradecía cada segundo en el que podía pasar caminando por sus sueños y subconsciente sin recordar nada, no sentir ningún dolor, solo lo que él quisiera.

No pudo volver a conciliar el sueño a la 3era vez que se despertó.
Se quedo mirando con los ojos infinitamente rojos y desorbitados, no podía evitar sentirse culpable, ¡POR EL! ¡SOLAMENTE POR EL, ELLA HABÍA MUERTO! se recriminaba su subconsciente,


“Llegue tarde no pude haber hecho nada...”


“No hubieras llegado tarde si ni siquiera te hubieras ido”


“Yo… lo hice por su bien.”


“Busca una mejor escusa, que al menos TU te creas por favor, ¡LA OBLIGASTE A IRSE DE SU CASA… LA OBLIGASTES!”


“Yo no obligue a nada a nadie”


“Te fuiste por tu universidad, SABIAS QUE IRIA CONTIGO y no pudiste quedarte, ni siquiera intentaste buscar algo, y estando allá la abandonaste.”


“Yo… yo no, yo no quería que le pasara esto maldición.”


“Pero paso, y todo es por tu maldita culpa.”


“CALLATE; CALLATE, MALDICION, CALLATE”


“Soy tu mismo ¿Cómo demonios voy a callar lo que tú mismo dices?”


 “Yo no estoy diciendo nada…”


“Lo estas pensando maldito imbécil.”


El tomo una almohada y se la coloco en la cabeza y empezó a gritar como demente. Emma lo escucho y subió las escaleras hasta llegar a su lado, no pudo hacer nada, solamente miro atentamente como el gritaba y se levantaba, daba vueltas por la habitación y no paraba de gritar “Soy un maldito imbécil” pero ella aunque pensaba TODO absolutamente TODO lo contrario no podía opinar, no podía decir nada, ya que no la escucharía, figurativamente.
Pero todo empeoro cuando fue y se tiro en la cama y ella en ese momento si, se asusto, empezó a golpearla como psicópata, si seguía así podria dañarse… Eso era lo que ella menos quería.

-HEY, HEY ¡Para! ¡Para! ¡POR AMOR AL SEÑOR, QUE PARES! – grito ella mientras tomaba su mano. La sorpresa llego para ambos, al ver que su mano se detuvo, el sintió un frio que atronaba sus huesos y ella, simplemente no cabía en sí, LO HABÍA TOCADO.
Pronto ella lo soltó y el se quedo minutos viendo su mano… para luego soltar en un murmullo “Estaremos juntos, más allá de la muerte… pero…”

-¿Emma? – pregunto el viendo hacia la habitación, no a un punto fijo, pero ella ya no supo qué hacer… - ¿Emma… eres tú? – volvió a preguntar mientras le temblaba la voz, y miraba a la habitación, no veía nada, y ahora estaba diciendo “ESTAS ENLOQUECIENDO MALDITO IMBECIL, ¿CÓMO DEMONIOS VA A ESTAR EMMA AQUÍ?
“¿Qué diablos puede hacer una fantasma para comunicarse? ¿Si, soy yo? ¿Acaso puede oírme? No me oirá, y pensara que está loco, lo máximo que puedo hacer será mandarlo al manicomio” se recriminaba Emma, mientras decidía que no haría nada, aunque lo que más quería en estos momentos era decirle a James que no estaba solo, que ella estaba a su lado y que siempre lo estaría, pero sabía que lo que haría sería que él se sintiera peor y que creyera que estaba loco.

-¿Qué estoy diciendo? es imposible que ella esté aquí… pero…Emma, si me oyes, por favor dame una respuesta…
“NO, NO Y NO” decía ella en su mente, “NO LO HARE CREER QUE ESTA LOCO”
-Emma… se que estas aquí, lo siento, pero por favor di algo HAZ ALGO MALDITA SEAS, no… yo… no…por favor, ya ni sé que quiero o que no, por favor, dime que estas aquí…
Emma no supo si era el brillo demencial que tenía en sus ojos, no sabía si era la voz partida y dolida con la que decía aquellas palabras, no sabía si era por el amor que le tenía, pero no pudo hacer menos de lo que él le pedía. Ella se levanto pero no supo qué hacer ¿Cómo haría que él la escuchara…? O algo así… Empezó a recordar las películas y esas cosas así que empezó a golpear las paredes como loca, no sabía qué hacer, mientras más la golpeaba y al darse cuenta de que el no la oía se tiro al piso y empezó a llorar y gritar… ¿Por qué todo era tan complicado?

-¿Emma… eres tú? – ella subió la mirada y se dio cuenta de que el la estaba mirando exactamente a donde estaba, un pensamiento corrió a su mente rápidamente… “ME VE” Pero el solo veía una sombra, a la que no le encontraba forma. En ese momento los rayos de luz iluminaron la habitación y el miro hacia la ventana… Tal vez… tal vez solo estaba enloqueciendo… tal vez la resaca le había hecho eso… cuando volteo de nuevo hacia la sombra, ya no estaba, Emma se había levantado y estaba llorando en las escaleras, como en tantos momentos de su infancia.
***

Paso un mes después de ello y las cosas fueron de mal en peor, el ahora nunca salía de la casa, comía muy poco y lo que más hacia era beber, lo primero que consiguiera, el tabaco era su mejor amigo y casi nunca dormía, solamente cuando la borrachera le ganaba a su subconsciente y caía medio muerto en algún lugar de la casa. Emma lo seguía noche y día, y le perdía los cigarros, hacia lo imposible por qué no bebiera, ella se le paraba al lado y no dejaba de repetirle que comiese, y hasta que lo hiciera no lo dejaba vivir en paz, ella lo cuidaba aunque no pudiera contactar con él… el problema era que ella iba perdiendo la memoria, ya no recordaba algunas cosas de su infancia, no recordaba su 5to cumpleaños y tampoco su primer día en primaria, no recordaba a su primera amiga, ni que hubiera tenido alguna… Ella le asustaba eso, porque sentía que en algún momento se quedaría sin saber porque todavía estaba en este mundo y porque nadie la veía, ni tampoco la razón de su existencia… James. Aunque ella también desconocía porque todavía seguía aquí… había muerto, debería estar en “la tierra prometida” en “el cielo” ella había sido una buena cristiana y no entendía porque todavía seguía aquí.

Una noche ya pasada una semana desde que se había cumplido un mes de su muerte, James taba tirado por las escaleras después de haberse acabado su 10ava botella de tequila del mes.

Ella camino por la casa en silencio… Y miro la puerta del final del corredor del segundo piso… Ella sabía que le daría un gran dolor entrar allí, pero debía de hacerlo, ella tenía que, allí recordaría. Así que armándose de valor entro en la habitación.

Estaba tal y como la había visto hacia tantos años…Una cama baja con enredón rojo, viejo como la misma madre de James… La ventana cerrada y con telarañas, la misma grabada en la madera. “J&E” Emma paso sus dedos por esa marca y luego se volteo, ella recordaba perfectamente cuándo se hizo ese grabado… Ella tenía 16 años y ellos dos estaban juntos en un ambiente, en el que se podria decir romántico, él tenía un cuchillo a la mano, y grabo esas letras en la ventana para recordar este momento. La misma mesa con la misma capa de polvo encima, los mismos libros y los mismos cuadernos, ella se acerco y abrió con lagrimas en los ojos la gaveta de ese mueble, le costó un poco, pero ella ya estaba acostumbrada, eso era así.
Fotos, cartas, recuerdos… de ellos dos. Ese cuarto estaba lleno de ellos, mirara para donde mirara, recuerdos. Ella se acerco al closet el cual abrió y vio el traje de graduación de ambos, el de ella, azul y minúsculo, y el de él, azul GIGANTESCO, el disfraz de la fiesta de despedida, ella fue de pirata y el de egipcio. Ella no pudo hacer menos que acariciar la tela como si fuera algo bendito y volteo hacia la cama, los recuerdos allí, la golpeaban como si hubiera sido ayer, ella se sentó en el borde y tomo uno de los cuadernos que adornaban la mesa, y lo tomo entre sus manos, una de las cosas que le gustaba de ser un fantasma era el hecho de que no le daba alergia.

Paso su mano por la portada del cuaderno y una nube de polvo se desprendió de él, ella ojeo la portada, tenia grabado… “Live…” ella misma la había grabado en una de sus muchas visitas aquí. Lo abrió con delicadeza y comenzó a leer, ella recordaba que esto era un diario, o un cuaderno de dibujos, su nombre estaba escrito con una hermosa caligrafía y la de él, estaba al lado de su nombre. Ese cuaderno siempre fue de ella, pero un día lo dejo en esta casa, en esta habitación, y más nunca lo saco, ya que casi siempre, debía escribir algo al venir a esta casa, a los años, James lo leyó y ambos lo compartieron ya que… pues, entre ellos no existían secretos, ni pasado desconocido, ni nada más que un lazo inquebrantable.

Después de un momento no quiso seguir leyendo aquello, solamente dejo que el lugar la contagiara y pronto los recuerdos afloraron en su mente, este solía ser el cuarto de invitados, que pronto termino siendo su cuarto, su padre siempre había viajado demasiado, por su trabajo, y su madre había muerto cuando ella era una pequeña, y como la madre de James, era su madrina, y sus demás familiares no Vivian en Oklahoma, que era el lugar en el que ellos vivían de pequeños, en el que estaban ahora, había vuelto para enterrarla en el lugar de su nacimiento. Ella dejo que los recuerdos la golpearan, mientras James yacía inconsciente en algún lugar de la casa.

Los dos estaban acostados uno al lado del otro viendo la televisión, o diciendo que la veían… en realidad lo único que hacían era pensar. Ella estaba recostada en su pecho esperando a que la madre de él llamara para cenar, esa noche, ella se quedaría a dormir allí, y estaba en este momento recordando lo que debía hacer para literatura, tal vez tendría que escribir un poema, eso era trabajo de acostarse y inspirarse… pero no lo recordaba, tendría que pararse y buscar su cuaderno, lo cual ella no quería hacer. Él acariciaba el cabello de ella, pensando en su novia… aquella que se había besado con el mariscal de campo, en realidad, no sentía dolor, porque a decir verdad ella nunca fue lo que se diría “la única” o “la especial” o “su otra mitad” en realidad, a él solo le atraía, no más de eso, y él la querría como amiga y hasta allí, el lo que sentía era rencor, un rencor, absoluto. Cada vez que pensaba en eso su corazón se llenaba de rabia, ¿pero qué podía hacer? Vengarse, claro estaba, pero eso no era parte de él… aunque…

-Deja de pensar en esa perra… - dijo repentinamente Emma haciendo que él se quedara quieto y se tensara. – Si, se que piensas en ella… No entiendo porque, sé que no la quieres, ¿Por qué tanto dilema? – Ella se levanto y se apoyo en su codo mirando el rostro de James.
-Porque, no me gusta que me vean la cara de idiota, y nada, ni nadie me la vera, ni una perra, ni un maldito mariscal de campo – sonrió el.
-El rencor no es bueno James, tú lo sabes… - dijo ella titubeando.
-Soy mayor que tu, yo sé lo que es bueno o no, tu no.- la ceja de Emma se alzo tanto que casi se pierde en su flequillo.
-¿Qué? Por amor al señor, eres mayor por 2 años, y yo tengo 16, por Cristo, la diferencia, es RIDICULA.
-Dos años, puedes significar millones de diferencias pequeña – dijo riendo y ella se recostó en el colchón rendida, el era más necio que ella, por mucho. El la miro a los ojos y sonrió mientras se acercaba a ella y le daba un tierno beso en la mejilla.
-No hagas nada James, en serio – ella tenía sus ojos cerrados, pero sabía que él la observaba y que su ceño estaba fruncido.
-Pero…
-No quedes como el malo, el que se venga de una pequeña niña, porque así te harán ver los dos, no lo hagas.
-Pero… yo…
-NO LO HAGAS POR CRISTO – abrió los ojos y lo miro. Ella se levanto y se sentó y lo miro. - ¿Si? ¿SI? ¡¿SI?! – grito histérica mientras es reía y le decía.
-Muy bien, muy bien… no hare nada, pero solo por ti, pequeña – ella sonrió y se acerco a él abrazándolo, él le dio la vuelta y la dejo atrapada entre el colchón y el, y le empezó a hacer cosquillas y así mutuamente, hasta que terminaron en el suelo de la habitación riendo con las piernas sobre la cama.
-¿Y tú? – pregunto repentinamente.
-¿Yo qué?
-Tu novio.
-Pues bien
-Vamos, dime completo.
-Pues, el y yo… somos novios AL FIN, pero… no lose, creo que le quiero muchísimo, pero hay algo… o tal vez solo es mi imaginación, igualmente, le quiero muchísimo, no sabes cuánto James… ¡2 meses! – grito ella alzando las manos… ¿Por qué él sentía ese dolor cuando ella dijo eso? ¿Por qué tenía ganas de ir y matar a ese desgraciado?
-Me alegro por ti… - dijo el sonriendo tenuemente, ella no respondió. Los dos se quedaron callados por minutos.
-¡BAJEN! – grito la madre de James y los dos bajaron a cenar. La cena transcurrió despacio y en un profundo silencio, ambos pensaban en su vida, y en algo que los dos estaban callando. Comieron en silencio y luego subieron a sus habitaciones, el, hasta la suya, y ella a la de invitados. Se cambiaron y arreglaron, esa noche ninguno de los dos se acerco a la habitación del otro, para hablar por horas y horas… Cada quien se quedo en su cama, intentando conciliar el sueño, la primera noche, desde hacía años… en los que no hablaban hasta la madrugada, pero los sueños de Emma estuvieron a su favor, ya que la pesadilla que tuvo y los gritos que dio, atrajeron a James a su habitación. Los gritos salieron de la habitación de invitados y James se levanto y corriendo entro al cuarto.

-Hey… Hey, ¿estás bien? – pregunto James, el entro y se sentó a su lado, dejando en la mesa de noche la navaja que había tomado, en caso de algún ladrón. Ella sin esperarlo se tiro a sus brazos ¿Por qué? reacción lógica, imán, magnético, era extraño lo rápido que ella reaccionaba a su lado.

James la rodeo con sus brazos y se recostaron juntos, ella no abrió sus ojos, dejo que el perfume de él la embriagara y lo abrazo con tal fuerza que podria matarlo, pero a él no le molestaba en lo mas mínimo.

Ellos dos se recostaron en la almohada, ella simplemente sin hacer nada entre sus brazos y el acariciando sus cabellos y viendo la hermosa luz de la luna que se filtraba por la ventana. Sus respiraciones eran rítmicas y precisas. Calmadas.

“Más allá de la muerte… pero… ¿De qué manera?” se pregunto él, al recordar ese día, esa promesa que aun para los dos latía, y era casi que un mandamiento. Pero… en ese entonces fue con amistad ¿no? Y si solo era amistad lo que sentía… ¿Por qué le dolía de tal manera oírla hablar de otro?

Ella se levanto y miro alrededor y vio a James, su mano se dirigió rápidamente a la navaja y la sostuvo entre sus manos, luego miro a las estrellas…

-Mas allá de la muerte… - murmuro ella y el la observo, se levanto al igual y le quito la navaja de sus manos, acerco su mano a la ventana y dijo.
-Esa promesa sigue viva ¿Cierto? – Ella asintió y con la navaja empezó  a hacer un grabado en la madera… Pasaron minutos en los que ella simplemente lo observaba, al terminar, él le tendió su mano, ella la tomo y se acerco a la ventana. James había grabado “J&E” y ella lo abrazo mientras pasaba su mano por encima del grabado…
-Te quiero… - susurro ella. Y el simplemente la abrazo más fuerte.
-Y yo a ti… - “aunque no sepa de qué manera” culmino él en su mente mientras ambos miraban a las estrellas y oían la respiración del otro.



*************
Holiii*---*
Ok, me siento ENAMORADA de ustedes u.u OKNO jajaja
pero de verdad que les agradezco el mundo entero por comentar en este blog, de verdad que siii, veo que medio les gusta la historia, gracias al señor, porque es lo unico que puedo escribir. Les publicare el miercoles o jueves*-* Gracias por tenerme paciencia, espero que este capitulo no les de sueño u.u porque se que no fue OH WAOOO jajaja pero ya veran, en el proximo sera bueno(: 
Este es mas que todo el interludio*-* jajajajajajajja
Comenteen POR FAVOR
Un beso
Y espero que tengan una hermosa semana(:

chaiii(L)

17/4/11

Mas allá de la muerte. Cap. 2 La promesa a las estrellas



Cap. 2 La promesa a las estrellas.


Ella se monto en el carro, junto con él, condujo en silencio mientras ella miraba a su alrededor, y jugaba a atravesar las cosas, ella aunque era una persona sumamente depresiva, le encantaba sacarle el lado bueno a todo, en este caso  a ser una hermosa fantasma… pasaba su mano a través de todo lo que encontrara su paso, y reía, aunque intentaba no mirar a los ojos ni a la persona que se hallaba a su lado, porque si no caería en depresión y se echaría a llorar.

La carretera se movía y pasaba a su alrededor cada farito y lucecita en la gran inmensidad en la que solo se oía el rio que surcaba a lo lejos y la oscuridad que reinaba en el lugar, solamente roto por el movimiento del carro y por el sonido de un leve murmullo del aire acondicionada prendido en el carro, y además al poco tiempo se oyeron los sollozos de él, Emma volteo a verlo y consiguió la viva imagen del dolor, lagrimas que corrían por su rostro y golpes desesperados al volante, no pudo hacer más que acercarse a él y acariciarle el cabello, la mejilla, el brazo y su mano para evitar que chocara, ya que parpadeaba sin control intentando detener sus lagrimas, acabarlas o pararlas por un tiempo, en un intento en vano de ellos prendió la radio dejando el volumen a 34, casi quedándose sordo, pero eso no ayudo en absolutamente nada, solamente consiguió llegar sin morir hasta su hogar.

Tardo varios minutos en salir del auto y abrir la puerta de su casa. Ella tenía tanto tiempo sin ver esta casa… y pensar que en su niñez y adolescencia era prácticamente su hogar.

La casa olía a humedad y al olor bajo de perfumes de las flores que jamás murieron del jardín, la casa estaba a oscuras, pero al prender la luz se notaba un gran cambio, las paredes de un antiguo color anaranjado pasaron a ser color blanco, el monto de fotografías de toda la familia y la infancia habían desaparecido dejando en cambio polvo. Los muebles de caoba y tela azul habían sido remplazados por grandes sofás mullidos de color negro, cuadros en las paredes y en el lugar de la chimenea, ese espacio en el que siempre había calor, estaba apagado y no había ni madera ni carbón. Esta casa había cambiado en absolutamente todo.

El llego e inmediatamente se dirigió a su cuarto, subió por las escaleras – que se habían mantenido igual – y ella lo siguió. La planta alta había al mismo tiempo cambiado radicalmente, las pinturas y retratos que antes se hallaban a los lados, ya no se encontraban, ahora no había más que… pared. Ella no podía evitar sentirse perdida.

Ella instantáneamente lo siguió a él, pero no porque no supiera a donde ir, si no por miedo de lo que para ella traía tan buenos recuerdos hubiera cambiado tanto como lo demás… eso era el cuartico diminuto que había al final del pasillo, con miedo evito siquiera mirar esa puerta.
El entro a su cuarto rápidamente y sin esperar nada se quito su corbata y la tiro al suelo, seguidamente su camisa quedándose en camiseta, se quito su pantalón y se coloco uno de sus pantalones de pijama y se quito su camiseta, quedando así, apoyo su espalda en la pared y se resbalo, en el momento en que quedo incado al suelo, no puedo ni siquiera ella acercarse cuando rompió en llanto. Ella no sabía qué hacer ni decir, pues hiciera lo que hiciera o dijera lo que dijera jamás la vería u oiría, no serviría de nada. No tuvo mayor consuelo que acercarse a su lado y toma su mano, no entendía que decía él, solamente sabía que lloraba sin control.
Minutos y minutos pasaron y al poco tiempo se levanto y bajo las escaleras rápidamente, ella no lo siguió, espero a que regresara. La habitación estaba compuesta por una gran cama, de cubierta roja, con grandes almohadas, dos mesas de noche a los laterales y una peinadora de caoba, las paredes eran blancas y el piso de madera con en la planta de abajo, a demás el gran balcón que se extendía en la habitación, era hermoso.

A los pocos segundos volvió James, con una botella… Emma abrió los ojos de par en par al ver de lo que se trataba, era una botella de vodka, cerrada y un vaso gigantesco, de esos que se usan para tomar cerveza. El se tiro al suelo justo al frente de ella y sirvió un GRAN trago a su vaso. Emma lo miraba con expresión incrédula, ella no podía creer lo que veía… ¿Nueva york lo había cambiado tanto? El jamás había bebido, ni siquiera a la muerte de su madre…

James llevo ese gran trago a sus labios y empezó a tragar ese líquido que le iba causando la sensación del ardor en la garganta, y así siguió y siguió hasta que termino con el vaso. Ella lo miraba con cara de dolor y de… aunque ella no quisiera admitirlo, lastima. Pero ella creía que solamente tomaría uno, un solo vaso, pero no, al terminar con ese, empezó a servirse el otro, pero esto ya era el colmo de la paciencia de ella.

-¿QUÉ HACES? ¿QUÉ SE SUPONE QUE HACES? ¡PARA! – grito ella poniéndose de pie y gritándole en toda la cara e intentando arrebatarle el vaso de sus manos, los ojos de él estaban rojos a causa del llanto y su cara pálida y demacrada a causa de la falta de horas de sueño. – PARA JAMES HEIDERSONG ¡¡PARA!! – grito con todas sus fuerzas.
-Se que no debo – respondió el, aunque no había oído absolutamente nada, había sentido sus huesos calarse y una sensación de no estar solo, y sabia quien era. – Pero quiero olvidar, al menos una noche… ¿lo entiendes?
-¡NO! Tú nunca has tomado por amor a Cristo y ¡NO INICIARAS HOY! ¡Sobre mi… alma, porque cadáver no tengo! – gruño ella mientras le tumbaba el vaso de vodka de su mano. El líquido se esparció por el suelo pero él no hizo caso. Tomo otro vaso y se lo tomo de un solo trago, quedando mareado y empezaba a sentirse aturdido en su mente sonaba el pensamiento “Bien, ya está empezando…”

Ella estuvo intentando por todos los medios que él la oyera, la escuchara… pero nada sucedía, así que decidió dejar que agotara sus fuerzas en el alcohol, no podria hacer mas nada que eso… Al poco tiempo se acabo el licor y sus ojos se cerraron por fin y cayó en el suelo derrotado por la borrachera y el sueño combinado con el dolor.

Estuvo a su lado escuchando su respiración y acariciando su cabello y su cara, sus dedos delinearon el contorno de sus labios y sus ojos, su brazo y su cuello… No puedo evitar que las lágrimas la vencieran y que en vez de morir, deseara estar viva… allí… a su lado… Emma lloro, por mucho tiempo, la noche paso deprisa y a los pocos minutos ya eran las 4 de la mañana, pero ella no tenia sueño… Se levanto del lado de James y empezó a caminar…

Bajo las escaleras y se detuvo en la silla, las lagrimas acudieron nuevamente a sus ojos y progresivamente a empapar sus mejillas, sus recuerdos se reprodujeron como una película ante sus ojos y casi pudo sentir que se había transportado en el tiempo, allí, en ese mismo lugar, hacia ya 10 años…


***

-¡QUIETOS! ¡QUEDENSE QUIETOS DIOS SANTISIMO! – grito la señora que al ver que no le habían prestado la mas mínima atención cayó derrotada en la silla caoba, donde echo a llorar… claro, de mentira.
Los niños pararon de correr…
-¿Está bien Sr. María? – pregunto con nervios Emma, mientras James se paraba atrás de la silla. La Sr. María agarro a Emma por la cintura y prosiguió a hacerle cosquillas. Las risas de los chicos y ella llenaron la habitación…
-¡ALTO! –Grito Emma retorciéndose de la risa - ¡Alto… al-to-o! – grito. Pronto se detuvieron y rieron sin poder detenerse.
-Está bien – rio la madre mientras se alejaba dejándola en el suelo, y James sentándose a su lado.
-¿Cómo se siente? – pregunto repentinamente James.
-¿Cómo se siente, que? – pregunto ella, y la mama también lo miro con curiosidad.
-Que la madre de otro te tire al suelo – rio él mientras ella se colocaba escarlata y le golpeaba cariñosamente el hombro.
-¿Quieres averiguarlo? – pregunto mientras tomaba a su hijo y le hacía cosquillas hasta tirarlo al suelo a punta de risas. Emma no pude evitar reír como nunca al igual que las risotadas de la madre.
-Pausa, pausa – grito él, mientras se levantaba y su cabello negro estaba revuelto y sus ojos llorosos a causa de tanta risa. – Tramposa mama, aliándote con la enemiga, en contra de tu propia sangre… que mal, que mal.
-Poder femenino – respondió con una risa Emma.
-Exacto – corroboro.
-No es justo – rio él.
Estuvieron horas y horas sentadas allí, riendo y riendo contando historias y hasta cantando, todo era absolutamente mágico. A eso de las 4 de la tarde la puerta sonó, pero ambos niños sabían de quien se trataba así que corrieron, salieron al patio, al jardín mientras la madre se levantaba e iba hacia la puerta recibir a su amigo, el padre de Emma… Él la llevo a la cerca que cerraba al jardín de su casa, pero atrás había aun más espacios verdes que a lo largo de su niñez se habían encargado de descifrarlo, aunque aun había lugares que no habían visto. Pasaron por un hueco que había y corrieron fuera de los límites de la casa riendo.
Pasaron por el puente que ellos mismo habían construido, que pasaba por un pequeño riachuelo, rieron hasta que llegaron a un pequeño árbol, en los que ellos mayormente se sentaban.
Respiraron entrecortadamente recuperando las fuerzas que habían gastado al correr. La respiración de James se sosegó rápidamente y miro atentamente a su querida amiga, que se encontraba a su lado, sus mejillas estaban encendidas por tanto correr y su cabello revuelto…
-Apenas recorrimos 200metros… - gruño Emma. – No es casi nada.
-No, en verdad que no, pero bueno, tienes 11 años por amor de Dios, tampoco pienses que podrás corres 30km… - rio con diversión James.
-Oh sí, porque tú eres TAN pero TAN mayor…
-Te llevo dos años pequeñina.
-¿Pequeñina? – pregunto riendo ella y lo empujo cariñosamente.
Pasaron horas, pero al momento en que empezó a oscurecer, supieron que ya era la hora de volver, sabía que sus madres no se preocuparían, ya que ellos siempre hacían exactamente lo mismo. La noche estaba estrellada.
-Hermoso… ¿No crees James? – el chico volteo la mirada hacia ella y luego la dirigió a donde la tenia.
-¿Las estrellas? – ella asintió.
-Claro que si… hermosas.
-Son tan brillantes y perfectas... –el la miro con un cariño que no sabría cómo expresarlo.
-Pide un deseo – dijo el mirando a sus ojos.
-Pero… no hay estrella fugaz…
-No importa, cualquier estrella puedes decirle uno de tus deseos, algún día se cumplirá.
-Está bien… - se detuvieron en medio del “bosque” faltaba poco para que llegaran. Emma cerro sus ojos y pidió su deseo, luego los abrió sonrió y miro a James.
-Y ahora tú – pidió ella, James solo para complacerla lo hizo, no creía en ello. Cerró los ojos y pidió su deseo a los cielos.
Pronto se pusieron de nuevo en marcha y suspiraban mientras caminaban hasta que James se decidió a decir…
-¿Qué pediste? – pregunto él.
-¿Qué pediste tu? – rio ella.
-Dime tu primero, pregunte primero.
-Si lo dices no se cumple…
-No si se hace una multiplicación de deseos… - ella lo miro con interrogación. – Veras, si yo te digo el mío y tú me dices el tuyo y los dos pedimos agarrados de nuestras manos que se cumplan, se deseara con más fuerza y se cumplirán…
-¿en serio? – Emma no estaba para nada convencida, pero el levanto su mano derecha y dijo:
-Juro que es cierto… ¿si, Emma? – pregunto él, una súplica mejor dicho.
-Muy bien… - una larga pausa siguió, ya se comenzaban a ver las luces de las casa y ya se veía a lo lejos la cerca del jardín. – Pedí que jamás nos separáramos.- el abrió los ojos de par en par y ella enrojeció.
-¿En verdad? – ella asintió a esa pregunta y él se quedo callado…
-¿Y tú? – pregunto ella mirando al suelo.
-Pues yo pedí un X-BOX – dijo muy serio el, ella lo miro con cara de ¿QUÉ DICES?  Pero él se rio y la abrazo – Mentira… Pedí jamás perderte. Eres mi mejor amiga en todo este mundo. – ella lo miro y lo abrazo al igual, habían llegado a la cerca y la pasaron, se quedaron en el jardín y el tomo su mano. Juntos miraron al cielo.
-Vamos a hacer una promesa, ante las estrellas y así nuestros deseos se cumplirán ¿sí? – pregunto riendo él.
-Muy bien.
Ellos asintieron y juntos agarrados de la mano miraron al cielo y el dijo:
-Esta noche, ante las estrellas del cielo que tenemos y después de haber pedido nuestros deseos, haremos una promesa… Prometemos que aunque todo se haga complicado, que aunque nos ofendamos mutuamente, que aunque nos molestemos mutuamente, siempre seremos amigos, a pesar de todo, y que JAMAS nos separaremos hasta el final del mundo…
-¿Y la muerte…? – pregunto repentinamente ella.
-MÁS ALLÁ DE LA MUERTE. Siempre estaremos juntos. – dijo el muy convencido de ello, y la abrazo mientras la atraía hacia él. - ¿Siempre? – le miro atentamente, y ella subió la mirada a las estrellas, para luego mirar sus ojos atentamente.
-Siempre – respondió ella abrazándolo fuertemente y los dos miraron a las estrellas por minutos.
-¡HEY AQUÍ ESTÁN! – Grito la madre de James – John aquí están… - grito de nuevo el padre de Emma salió, pero ellos no soltaron sus manos.
-Hola James – saludo con cariño el padre de Emma – Hola cariño – le dio un cariñoso beso en la mejilla.
-Vamos a entrar y allí hablaremos, hace un frio espantoso…
Entraron y siguieron hablando atentamente los dos padres, James se integro a la conversación y escucho atentamente a sus dos padres reír y jugar... Emma solamente estaba allí, pero sus manos aun se hallaban unidas, ellos aun no sabían lo que esa promesa significaba… Y lo mucho que cambiaria sus vidas.


***

Los recuerdos golpearon a Emma como una puñalada y cayó al suelo sumergida en un pozo de dolor, y lo que más le dolía era que estaba muerta y que jamás nadie podria oírla… Y menos, el motivo de sus lagrimas… James, jamás la volvería ver. Y con estos pensamientos el fantasma de Emma cayó al suelo invadida por las lagrimas y por el dolor de solo ser un recuerdo.



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CHICAAAAAS*-*
Hola, bueno, a peticion de 2 personas, y como es la unica historia que me esta saliendo de este blog xdd pueeej ... la estoy haciendo bbas. Pero no garantizo seguirla por mucho puej, tal vez solo son 10 capiiis... nose

Pero bueno, aquiii esta.
Respecto a Mi otra mitad, DIJE QUE ESCRIBIRA pero no mi otra mitad :/ Esa es una historia horrible y de verdad que la tengo ESTANCADA si quieren les subo lo que llevo, pero uds lo dicen, no es casi nada y nose como seguuirlo. 
Pero, aqui esta esta otra cosiita chiquita, me dicen sus opiniones. Gracias (: 


Un besote.


16/4/11

Mas allá de la muerte





La chica yacía tendida en una cama con varios de los aparatos e intravenosas insertadas en su cuerpo, y demás cosas que para ella no servían de absolutamente nada. Ella miraba al techo blanco desde aquella camilla en la que se encontraba, contaba cada una de las grietas mal tapadas por esa pintura blanca que más bien parecía amarillenta, por lo que ella supuso que sería el tiempo. Al poco tiempo volteo su cabeza a los medidores de signos vitales, ella sabía muy bien que le quedaba poco tiempo de existencia, pero no sabía qué hacer, más que esperar su inevitable fin.

La puerta sonó y ella esperaba que fuera de nuevo su madre, o alguna de esas enfermeras regordetas que venían cada 20min a chequear que aun no hubiera soltado mi último aliento. Pero no, la figura que apareció ante mis ojos no era ninguna regordeta, aunque no podía ver muy bien ya que su visión desde hacía semanas la tenia borrosa y empañada de lágrimas.
Era un chico, de gran altura con el cabello color negro y la piel blanca. No pudo detallar mas nada de él, solo supo que se quedo en la puerta mirándola mientras las lágrimas corrían por las mejillas de aquel chico, aunque ella no las pudiera ver, allí estaban. Al poco tiempo ella se canso de intentar descifrar quien era, incluso podria ser un sueño, un invento de que alguna persona pudiera estar en su habitación, ya había pasado anteriormente, después de estar durante 3 semanas en un hospital, todo podía pasar.

El simplemente yacía en la puerta mirando el inerte cuerpo de ella, la que alguna vez significo todo su mundo, y que aun era así, aunque intentara negarlo con todas sus fuerzas. Se acerco lo más despacio que pudo, cada paso le pesaba como si estuviera con raíces al suelo, tenía miedo de acercarse lo suficiente y que no lo reconociera, ver la viva representación de la muerte, no lo podria soportar, además temía al hecho de lo que pudiera sentir, pero aun así con ese miedo que cada vez le calaba mas los huesos y le hacía respirar entrecortadamente se siguió acercando hasta que estuvo a la altura de la camilla y pude ver como en su brazo estaban insertadas varias intravenosas, y su aspecto era pálido más, mucho más de lo usual, sus ojos estaban cerrados y su respiración era cortada y casi inaudible, y los latidos de su corazón eran maquinarias, pero ya quedaba muy poco tiempo.

El acerco su mano a la mejilla de aquella chica y ella instantáneamente abrió sus ojos, encontrándose con el azul profundo del iris de él.

Ella vio como resbalaban gotas de agua por su rostro y no pudo evitar imitarlo, ninguno de los dos emitió sonido alguno, el simplemente se tiro a los bazos de ella, cuidando no lastimar ni mover ningún aparato. Estuvieron allí por unos minutos, hasta que una enfermera entro.

-Disculpa peque... – se quedo callada al ver a la nueva presencia en la habitación. El rápidamente se levanto y se seco las lágrimas al igual que ella.
-Hola Miriam.
-Hola – dijo el chico.
-Buenas tardes. Solo vengo a lo de siempre pequeña, ya me iré.
-Muy bien, no me molesta.                                                                                     
Ella se movió rápidamente por la habitación y fijo los signos vitales y los escribió en la carpetica que había al pie de la cama, se despidió con un saludo y salió de la habitación…
-Emma…
-No digas nada – lo interrumpió bruscamente mientras escuchaba su propia respiración y calmaba su asombro, cólera y… euforia ¡EL ESTABA ALLÍ!

El chico se volteo rápidamente hacia ella y la miro atentamente, había cerrado sus ojos y su mano reposaba en su corazón, a los pocos segundos abrió sus ojos y lo miro…
-Pensé que no volvería a verte – susurro al fin después de unos segundos interminables de silencio.
-Yo… también. Pero, Stephany me contacto y me dijo… esto – dijo el apuntando su cabeza hacia mi cama. – No dude en venir a verte, y tome el primer avión para Oklahoma.
Hubo un gran silencio después de ello, pero el solo podía mirar el rostro de la chica.
-¿Qué tal nueva york? – pregunto repentinamente con la voz casi ahogada.
-Bueno… estuvo interesante… pero no lose, extrañaba mi hogar.
Una tos ahogada salió de los labios de ella dejándola sin aliento para responder. Él la mira y sintió como su corazón se iba entristeciendo, dándose cuenta de que ya no se podria hacer nada.
-¿Cuánto? – pregunto con un hilillo de voz sintiendo como cada palabra le desgarraba el alma.
- ¿Cuánto que James?
-¿Cuánto te queda? – pregunto él mientras su voz se convertía en un susurro.
-No mucho. Nose cuanto, todos aseguran que en otro mes más andaré bailando por las calles pero todos sabemos la verdad, no me queda más de 1 semana.
El silencio reino a la habitación.
-No te rindas – dijo repentinamente – no puedes, no puedes irte. – recrimino él, como hablando consigo mismo – No puedes – volvió a musitar mirándola a los ojos – No puedes.
-Pero…
-Shhhhhhhh – gruño él. – No puedes irte, todavía te queda mucho por vivir, no te has graduado de la universidad, no has viajado de este país, no has tenido hijos, no te has casado… Creo.
-No, no lo he hecho – el suspiro con alivio, pero luego recordó el hilo de su conversación – no puedes irte aun, no puedes rendirte, tienes que luchar, salir adelante – ya su voz era una melodramática suplica, que mientras más decía mas se daba cuenta de que el fin se acercaba.

El silencio reino de nuevo en la habitación mientras ella lloraba en silencio, y el ordenaba su mente y buscaba esperanza, pero no la encontraba, un repentino sonido los alerto, y los dos voltearon hacia la puerta… el timbre de la hora de finalizar las visitas.

-Debes irte. – susurro en voz baja Emma.
-Pero… - suspiro frustrado – prométeme algo.
-¿Qué?
-Prométeme que no te dejaras morir, que aunque sea tu último aliento lucharas por seguir viviendo. PROMETELO
-Yo… no lose.
-PROMETELO EMMA. – hubo una breve pausa y la chica asintió diciendo.
-Lo prometo. – los dos sonrieron y él se acerco a ella, con el fin de despedirse con un beso en su mejilla, pero a mitad del camino no pudo evitar ver sus labios, que aunque se notara que estuviera enferma y demacrada, no podía evitar sentir atracción… era algo mágico. Segundos pasaron mientras el aire se cargaba de tensión y recuerdos, ella al igual que él veía sus labios, y cuando él se acerco lo suficiente para poder decidirse, no pudo seguir adelante, no quería ilusionarse, no quería volver al pasado… Así que dirigió sus labios a la frente de ella y la beso.

Se levanto y cuando sus dedos rozaron del domo de la puerta ella dijo.

-James…
-¿Si?
-Te extrañe…
-Y yo a ti.

Seguidamente salió de la habitación y las lagrimas acudieron pronto a ambos rostros, el se perdió en la soledad de la tarde, y ella cerro sus ojos y se perdió en la oscuridad de su mente.

***

Los días transcurrieron despacio pero él no pudo volver a visitarla hasta 3 días después ya que se tenía que instalar y los días, que para ella pasaron lentos, tediosos y dolorosos, para el pasaron rápido y con dificultad,  lo que él no sabía es que desde su visita, ella luchaba porque sus días no acabaran, porque aun pudiera volver a un día en el que pudiera moverse y volver a ser ella. Pero, eso no sucedía, lo único que lograba era que sus fuerzas se agotaran, porque su empeño por volver a ser la misma, la hizo querer levantarse, caminar, bailar, cantar… pero eso solo acelero las arenas del reloj, y cada día sus fuerzas decaían mucho más y ya no se estimaba a un mes de vida, ni dos semanas, ya no se sabía cuánto más resistiría.
Ella sentía por las noches como la vida se escapaba de sus dedos, como las fuerzas iban siendo cada vez menos hasta llegar a ser nulas, como sus ganas de vivir se extinguían, y su dolor le recorría todo su cuerpo con fuertes punzadas. La anestesia siguió a ello, y pronto ella supo que solo quedaban horas.


Ese mismo día, a las 2:30 vino a visitarla, la razón de su lucha, al entrar a la habitación, su mundo se vino abajo.
-¡Emma! – grito rápidamente aproximándose con rapidez a su lado. Los latidos de la chica eran lentos y su respiración cansada.
-Hola – respondió en un hilillo de voz.
-Por favor dime que estas bien… por favor…
-No te quiero mentir.
-No te dejes Emma, no te rindas, por amor de Dios, no lo hagas.
-Ya no hay tiempo James. Todo acabo
Con estas simples palabras la respiración y los latidos de él incrementaron en un 99.9% y las lagrimas empezaron a desbordarse sin control por las mejillas de él.
-No llores. Por favor – pidió ella mirando atentamente a su acompañante.
-Emma… yo… - bajo la mirada, no sabía que decir ni como decirlo, su mundo siempre y para siempre seria ella, pero… ahora… el silencio estuvo por minutos en la habitación hasta que ella empezó a sentir como se acababa y como su corazón daba los últimos latidos.
-James – el subió la mirada y la vio – Yo… Te ame, te amo, y te amare por el resto de mi existencia, por siempre – dijo y una sonrisa leve y momentánea, con lo último que le quedaba se formo en su rostro, pero no duro nada y su voz se fue apagando hasta que ya no se escucho nada, el tomo su mano y dijo…
-Yo… yo… - pero ella ya había cerrado sus ojos, y su corazón se había paralizado, su respiración, pronto desapareció – No, no, no ¡POR FAVOR ABRE TUS OJOS! ¡POR FAVOR! ¡NO TE VALLAS! ¡POR FAVOR! – grito mientras lloraba histéricamente, tomo su mano y recostó su cabeza en el pequeño espacio de la cama. – Por favor.
Estuvo tendido hay por minutos interminables en las que la única compañía era su llanto…
-Te ame, te amo y siempre y para siempre te amare Emma. Nunca jamás saldrás de mi mente y jamás te cambiare por nadie, siempre será mi princesa. – dijo él mientras lloraba. – Te amo.


***


Todos yacían de vestidos de luto alrededor de la tumba de Emma Ryans, cada quien con su mejor cara de tragedia y escuchando mientras el padre hablaba, y el ataúd se iba sumergiendo en la tierra y se iba cubriendo de tierra, la lapida fue dejada y todos lloraban inconsolablemente, excepto James, que solo miraba y sentía como todo en su vida carecía de significado.

Mientras tanto una presencia especial, veía como todas las personas que amaban no paraban de llorar y niños, adolescentes y adultos intercambiaban palabras de apoyo. Ella miraba como todos sus seres queridos lloraban su perdida, y al acercarse a alguno de ellos e intentar hablarle, no se escucho absolutamente nada… Ella intento tocarle el hombro a su pequeña hermana que simplemente la atravesó… No sabía qué hacer, todos estaban absolutamente mal y ella no lo podía evitar, porque mientras más se acercaba a su familia, su madre, su padre, su hermana y hermano, sus tíos, su mejor amiga, todos lloraban sin consolación, y a ella le partía el alma en dos.

-¿Qué está pasando mama? – se acerco en un último intento entonces, el sacerdote hablo.
-Aquí yacerá el cuerpo de Emma Ryans y por la gloria de dios y su divino poder le pedimos que haya amparado a esta hija en su santo cielo.
-¿Qué? ¿Yo? Pero… - los últimos sucesos volvieron a su mente. La muerte, la promesa… Ella jamás se querría capaz de ver su propio funeral, pero así era, veía los rostros dolidos y demacrados, pero uno en especial que no pudo dejar de mirar hasta que la última de las personas que se encontraban en el cementerio se fue, dejándolos solos a ambos. El solamente veía la lapida y las lagrimas se arremolinaban en sus mejillas, y ella se acerco.
-¿Por qué? ¿Por qué Emma? – Lloriqueo mientras sus piernas temblaban y caía al suelo de rodillas - ¿Por qué te fuiste? – Lloro sin detenerse – Te amo… te amo por el divino señor – grito mientras su cabeza chocaba con poca intensidad contra la lapida, y empezó a musitar cosas ininteligibles, ella lo vio y al poco tiempo se arrodillo a su lado y coloco su mano en su espalda, intentando por todos los medios consolarlo. Pero sabía que él no la sentiría y eso hizo que ella también rodara por su mejilla lágrimas de dolor y frustración.

El sintió algo, un cosquilleo pero no pudo percibir nada mas, y continuo allí, postrado ante la lapida llorando y ella continuo allí por todos los medios posibles que no llorara, decirle que ella estaría allí para siempre, que lo cuidaría y protegería, que lo amaba y lo amaría por el resto de su existencia, pero no le oía…

-No llores por favor… Por favor – pidió ella a su oído, pero él no la oía. – Te amo, yo te protegeré, pero por favor no llores, aquí estoy, a tu lado, siempre lo estaré, jamás me iré, ¡DATE CUENTA! ¡Por amor de Dios date cuenta de que estoy aquí! ¿No lo sientes?
El no escucho nada, pero si sintió una brisa en su rostro y sus lágrimas pararon mientras subía la mirada, y veía a su alrededor. Ella se dio cuenta y siguió hablándole, pero solamente tenía algo que decirle.

-Estoy aquí y te amo. Estoy aquí… ¡Y te amo! ¡ESTOY AQUÍ Y TE AMO! – grito mientras le golpeaba la espalda intentando que se diera cuenta por fin. Pero el no pudo entender nada.
Pasaron horas y horas intentando que él la entendiera pera jamás sucedió, hasta que por fin fue hora de que él se fuera, ella lo siguió, a mitad del camino se devolvió y miro directamente a donde se encontraba ella, su tumba y le dijo.

-Emma, donde quiera que estés, sé que me oyes, Te amo. – ella sonrió mientras se acercaba a él y tomaba su mano. El sintió un repentino frió en su mano, pero para el no fue algo que asustara si no una respuesta de que ella estaba allí.

Los dos sabían que este solo era el inicio de algo que ambos desconocían, pero algo que a él le quedaba claro, ella estaba a su lado y los dos sabían que su amor había durado y duraría a pesar de la muerte.



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Pues, no me pregunten que es PORQUE NO LO SE... pero bueno, uds me dicen si quieren que la siga la paro, la dejo como viñeta. nose como prefieran
SUS COMENTS por favor ): 
Gracias
Chaii<3

13/4/11


HOLA(:
Bueno, bueno APARECI, con una promesa, en SEMANA SANTA publicare COMO PUEDA pero publicare ¿Por que? Porque aunque es una mierda ;$ Igualito me frustra no publicar seguido... en realidad nada, pero publicare lo que puede en semana santa, porque ahorita no tengo mi pendraiff y allí esta todo.

Un beso a todas
Adios Puej ;$$